Deseo feliz navidad a todos aquellos que están cerca. La verdad, es que no se por que se desea feliz navidad, teniendo en cuenta que está época del año, está llena de contradicciones personales. Hay quien la vive con ilusión y hay quien la vive como un suplicio. Normalmente, los que la viven con ilusión son las personas que tienen niños pequeños, mas por la ilusión de ellos, la de los niños, que por la de uno mismo.
Los que ya tenemos a los hijos mayores, es como que nos da igual, es mas, tratamos de ignorarla, para no recordar a quienes nos hicieron felices en nuestra niñez y que ya no están entre nosotros. Hay quien no supera estas ausencias, y según las estadísticas, hay un gran número de personas que abarrotan las consultas de los psiquiatras aquejados de profundas depresiones e incluso se incrementa notablemente el número de suicidios. Pero a pesar de esto hay que desear feliz navidad a todos.
Yo personalmente, soy enemigo de desear feliz navidad a nadie, pero he de reconocer que es una frase muy socorrida, para decir al típico vecino coñazo que te encuentras en el ascensor, para que no se oiga solamente el ruidito del movimiento de llaves que tanto me jode.
Desear feliz navidad, es un formalismo que normalmente va asociado a un dar la espalda, y decir entre dientes....., que te folle un rodaballo. Yo realmente creo que nunca le he dicho feliz navidad a mis seres queridos, por el simple hecho de que les deseo que sean felices durante todo el año.
Otra cosa muy distinta es el desear feliz año. A pesar de que es socorrido también para el gilipollas del quinto, y que deje de "tintinear" con las llaves.
Lo peor, es cuanto te pilla en el ascensor la típica vecina cotilla.
- Que ¿celebran el fin de año fuera?
- Yo celebro el fin de año donde me sale de los cojones, señora -evidentemente esto es lo que a uno le pide el cuerpo decir, pero la educación hace que respondamos de otra manera.
-Pues si, señora, vamos fuera
- Ah pues nosotros lo celebramos en casa que vienen unos amigos de Burgos y.......
En este punto es cuando pongo el cerebro en punto muerto y pienso.....a mi, señora, como si celebra el fin de año con unos Albanocosobares en una orgía de violencia, me importa una mierda.
Debido a que el trayecto es corto, los instintos de estrangulamiento se perciben muy atenuados, pero no me quiero imaginar si hubiera un corte de luz y me viera obligado a confraternizar con la cotilla durante media hora.
Cuando al fin, después de un larguísimo minuto y medio que dura el alzamiento, me apresuro a bajar, "tintineando" yo las llaves, me dice con una sonrisa de oreja a oreja, ¡¡¡feliz año!!!.....de lo que se deduce que para el tiempo que queda de año, dado que esta conversación se produce el 31 de diciembre, quiere decir que esta bruja solo me desea unas horas de felicidad, pero yo, para joderla le digo......¡¡¡¡igualmente!!!!.... y cuando cierro la puerta del ascensor y evidentemente no puede verme, le sacudo un corte de manga.
No me gustaría que malinterpretarais este escrito, calificándome de persona antisocial, no, todo lo contrario, soy persona a la que nunca le pierden las formas, pero detrás de este blog hay lo que hay detrás de la conciencia. ¿A quien realmente no le ha pasado o ha pensado alguna vez, con alguna persona lo mismo?
Si hay algo que me produce admiración, es la gente que no necesita de convencionalismos, que lo que le parece mal lo dice y lo que le parece bien, pues eso, simplemente le parece bien. Quien no ha envidiado alguna vez a Fernando Fernan Gomez o a José Antonio Labordeta, mandar a la mierda un periodista cotilla o a sus señorías en la Cámara de los Diputados. Gente esta, liberada de cualquier convencionalismo o de lo que la gente pueda pensar de ellos, personas que no tienen que demostrar nada, por que a lo largo de la vida se han labrado el prestigio obtenido.
A pesar de todo, os deseo a todos, feliz navidad, pero fundamentalmente, os deseo a todos un feliz año 2008..... y no hago rima, por que me queda mucho terreno para labrarme un mínimo prestigio, para poder ofender a los idiotas, obteniendo la indulgencia ajena.
Cada uno tenemos nuestras rarezas y calificamos a las personas por determinadas acciones, pero sin duda, las únicas personas normales, son las que uno no conoce bien.
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